308 Quattrovalvole

El Ferrari de Magnum

Si los modelos idealizados anteriormente son fantásticos, el 308 Quattrovalvole (o cualquiera de las versiones) es uno de los que define perfectamente la armonía entre curvas y belleza. Y si, de nuevo tiene un referente inevitable que en este caso se encuentra en la pequeña pantalla. Cuando a duras penas yo conocía la marca Ferrari, en esa época mis padres tenían un Renault 18 después de haber tenido dos Renault 5, y los Mercedes y BMW no eran fáciles de ver por la calle por aquellos tiempos, justo en ese contexto por televisión empezaban a emitir una serie de nombre “Magnum P.I.”. La serie tenía una careta de presentación que terminaba de forma espectacular con ese impresionante 308 GTS abriendo gas y derrapando desde el margen de la carretera, conducido con mucho nervio por ese detective con gorra de béisbol y camisas floreadas (allí creo que descubrimos lo de las camisas hawaianas).

Ferrari 308 Quattrovalvole

Un Ferrari 308 versión USA, como el que llevaba Magnum

Y otro motivo por el cual es uno de mis Ferrari favoritos se encuentra en una tarde, volviendo de fin de semana en el coche de mis padres y por una carretera estrecha y virada, nos pasó un 308 que no puedo asegurar si era GTB o GTS, pero si que recuerdo perfectamente que era de color blanco, y si la memoria no me falla, creo que es el primer Ferrari que vi en acción, y ¡menuda acción!

Por lo tanto, este es un modelo que a parte de referentes en el cine o TV, que tiene unos cuantos, tiene un componente emocional personal muy potente, que lo convierte en uno de los modelos a comprar, si algún día llego a tener esa oportunidad claro. 😉

Un coche con una línea muy equilibrada, lleno de curvas y esbelto como pocos, rasgos que heredaba de alguna forma del fantástico Dino 246 GT que no tengo en cuenta en este bloque por no llevar oficialmente el nombre de Ferrari, aunque de hecho los años le han convertido en merecedor de ese nombre. Pero más adelante prometo dedicarle un artículo especial, que bien se lo merece.

Con el tiempo el 308 dejó paso al modelo 328, que suavizaba las curvas de la parte frontal y seguramente mejoraba en muchos aspectos a su antecesor, pero quizás perdía parte de aquella silueta más armoniosa y, en cierta forma, sexy.

Por ahora, disfrutad de este pequeño recopilatorio de instantáneas del genial Ferrari 308.

 

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