Los grandes olvidados
El otro día me crucé con un Renault Laguna Coupé, y me vino a la cabeza una imagen fugaz de algunos coches de la Régie, enmarcados en ese segmento. Aunque ha tenido algunos deportivos de reconocido prestigio como el Alpine A110 y su famosa victoria en el Rallye de Montecarlo de 1973, o el increíble R-5 Turbo “Culo gordo”. Pero fuera de esa categoría, la verdad es que los coches tipo coupé producidos por la marca del rombo han pasado con mas pena que gloria, y no me refiero a los coupés tipo hatchback como pudiera ser el Mégane, mas bien a los tipo GT como el citado Laguna o mi preferido de todos, el Fuego. En la década de 1970 también existieron los 15 y 17, y anteriormente el Floride (Caravelle para los EE.UU.) en versión coupé y cabrio. Aunque este último quizás goce de mayor reconocimiento internacional, la verdad es que los anteriormente citados 15 y 17 en España se conocieron mas bien poco, y dejaron menos huella todavía.
Los modelos 15 y 17 eran versiones con la base del R-12, pero que se distinguían entre ellos por el equipamiento, siendo el 17 el más lujoso y con el tiempo también el de enfoque más deportivo.
El caso del Fuego es un poco diferente, puesto que si gozó de mayor acogida, e incluso protagonismo en una serie tan famosa como El Coche Fantástico, aunque posiblemente le hubiera ido bien aguantar un poco más en producción y poder disfrutar de una evolución que le diese mejor prestigio. Aún así, la verdad es que se siguió produciendo en Argentina hasta mediados de la década de 1990, adoptando algunos cambios estéticos de sus hermanos de la época. Por mi parte, quizás sea el modelo preferido de la marca francesa, junto al Renault 5 Turbo, y a los cuales les he dedicado algunos dibujos (especialmente al Fuego), imaginando como hubiera sido su evolución.
Con el Laguna Coupé muchos vimos la oportunidad de revivir aquel modelo que le precedió, y algunos rasgos podían dar incluso continuidad, pero nuevamente creo que el fabricante francés o no supo, o no quiso crear un coupé que diera prestigio a la gama, y al final no ha obtenido todo el caché que debería tener un coche así, aunque tenga calidad de sobras.
Al fin y al cabo parece que a ese tipo de marcas, llamadas generalistas, les cuesta mucho crear productos de determinados segmentos que dejen realmente huella.