Ferrari Testarossa igual a Miami Vice
Uno de los mitos entre los deportivos de la producción mundial es, sin duda, el fantástico Ferrari Testarossa. Dejando de lado las películas de “Los locos del Cannonball” que siempre empezaban con esas persecuciones con el Lamborghini Countach como protagonista y auténtica bestia de los pósters de los años ’80, el Testarossa muchos de nosotros seguramente lo descubrimos gracias a una gran serie de televisión como fue “Miami Vice” (o Corrupción en Miami), donde lucía impresionante con ese color blanco durante las persecuciones nocturnas. Como curiosidad, quizás algunos ya lo sabréis, ese coche entró en la serie porque el fabricante italiano se quejó debido a que el coche que presentaban como Daytona Spider de las primeras dos temporadas, en realidad no era tal sino un chasis y motor de Corvette con carrocería réplica del Daytona y presentado en la serie como auténtico Ferrari. Entonces, para evitar problemas pusieron a disposición, a través del representante de la marca para EE.UU., una unidad del Ferrari Testarossa en color negro, el mismo color del coche al que iba a sustituir y que sale en el primer capítulo de la tercera temporada “Cuando lloran los ojos irlandeses”. Pero después de la primera aparición, conducido por el personaje que interpreta Liam Neeson, la productora decidió pintarlo de color blanco, ya que en las persecuciones nocturnas sería más visible.
Pero a parte de la historia en televisión, obvia por otra parte, es evidente que ese coche también tiene unas líneas absolutamente fantásticas con una parte frontal más curva en contraposición con la trasera de líneas más rectas, junto a esa rejilla horizontal que cubría las luces rectangulares y que seguía de algún modo la estética de las entradas de aire laterales. Y aunque rompía con la estética de los modelos que habían diseñado hasta entonces, no eran casualidad. El Ferrari Testarossa venía a sustituir el 512 BB, y ese modelo sufría de generar mucho calor en el habitáculo al disponer del poderoso motor 12 cilindros en posición central por detrás de los asientos, y sin disponer de mucho espacio llevaba los radiadores en la parte frontal, transportando así todo el calor a refrigerar a través del habitáculo. Y entonces el gran maestro del diseño de automóviles Pininfarina decidió ensanchar la trasera para meter los radiadores para solucionar el problema, y de ahí salió esas rejillas horizontales para canalizar el aire. Ese diseño se mantendría hasta el año 1995 cuando el Testarossa (aunque cambió el nombre primera a 512 TR y luego a F 512 M) que inspiró al 348 de 1989 y a numerosos fabricantes de kits de carrocería, sería sustituido por el 550 Maranello, que volvía a la disposición más clásica de motor delantero y tracción trasera.
Otro dato curioso sobre este modelo, el nombre le venía como homenaje al fantástico 250 Testa Rossa de 1957, una barqueta de competición de la saga 250, que recibía ese nombre por llevar pintadas de color rojo las tapas de los cilindros, y gracias a eso pudimos disfrutar de un GT inimitable.
Todo un mito de las carreteras, que aún hoy sigue torciendo cuellos a su paso.