Classic Car Club Samalús en el Circuit de Catalunya
Mi primera reunión de clásicos ocurrió una fría mañana, era sábado de finales de febrero. El año olímpico de 1992 iba a ser un año muy especial por muchos motivos. Se presentaba lleno de grandes acontecimientos, pero al final siempre hay cosas no programadas que aparecen de repente y lo cambian todo por completo. Me enteré a tiempo de que organizaban un encuentro de coches clásicos en el Circuit de Catalunya, yo todavía no había cumplido los 18 pero por suerte un compañero de trabajo también iba y conseguí juntarme con él, que si que llevaba coche. Era un encuentro de un club de clásicos local, pero por lo que sabía podía ser interesante.
Nos estuvimos esperando un rato junto a la puerta principal del circuito, ya que llegamos temprano, y durante esos primeros minutos fueron llegando los primeros coches de la reunión, como algún MG, Triumph y especialmente ese Ferrari 328 GTS de color rojo. Pero eso era una pequeña parte de lo que me iba a encontrar en el interior. Lo primero que ví que me llamó mucho la atención fue, sin duda, el Jaguar Castrol Sport que estaba expuesto en el paddock. Era el primer coche de la categoría sport-prototipos que veía, con esa silueta tan afilada y la decoración de la marca de lubricantes, un coche que había visto en revistas pero que no creía posible llegar a presenciar en primera persona. Pero poco a poco el interior del circuito se fue llenando de auténticas joyas mecánicas, como otra rareza: el Pegaso Z102 en color naranja.
Hablando de rarezas
Había oído hablar de los Pegaso, pero lo único que podía ver por la calle eran sus camiones. Con lo poco que sabía por aquel entonces de esos automóviles, era casi impensable llegar a ver uno. Por suerte, con los años conocí más cosas de ellos, y he llegado a ver unos cuantos, pero siempre en encuentros parecidos o salones de clásicos, aunque una sola vez me Pegaso Z102 en carretera. También un buen puñado de Ferrari se dieron cita esa mañana en el circuito, unos veinte más o menos, así que mi primera reunión de coches clásicos también fue mi primera reunión de coches del Cavallino Rampante.
La única pega que tuvo esa cita es que, en esos tiempos, el tema fotografía todavía no lo llevaba muy bien y con una cámara prestada, mi padre me dejó la suya. Era en una época en la que los carretes y el revelado eran caros, por lo que no pude dejar mucha constancia gráfica. Pero por suerte los recuerdos siguen, y con sólo ver esas pocas imágenes ya me transporto a ese tiempo pasado. Un momento genial por muchas cosas.
Después han venido un montón de encuentros de clubes, algunos de ellos realmente interesantes e increíbles. Pero esa primera vez que entraba en el Circuit ya terminado y lleno de preciosas máquinas de todo tipo, eso no tiene precio.
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