Coches clásicos – Los encuentros del Classic Car Club Samalús en el Circuit de Catalunya
Es mi particular triplete, tríptico o Hat Trick (como más os guste). Tres eventos que van de 1992 a 1994 que sin duda fundaron mi pasión por los coches clásicos. De la primera reunión del 92 ya os hablé en el artículo “Experiencias propias-Mi 1a reunión de clásicos” que a su vez se convirtió en la primera reunión importante de coches de mi marca favorita, Ferrari. Los había por todas partes, convirtiéndome así definitivamente en tiffosi de la marca. Pero eran muchos más los clásicos interesantes como los Jaguar E-Type o XK120, una unidad de la categoría de Sport Prototipos de la misma marca con decoración Castrol, el par de Pegaso Z102. No uno, sino ¡2!, Alfas, un espectacular Rolls-Royce y un montón de bellezas más.
Al año siguiente se repitió el encuentro, se repitió la magia. Mismo club, mismo circuito, ¿mismos coches? ¡Qué va! El número de participantes se mantuvo bastante similar, pero el nivel de la cita subió, no cabe duda. Por ahí apareció un Ferrari F40. ¡Qué preciosidad! Un Renault 5 Turbo 2, un Honda NSX y hasta una moto Honda NR750. Esa moto no tengo ni idea de dónde apareció, pero es una auténtica rara avis, según informan aquí tan sólo se fabricaron 300 unidades de calle. Nunca más he vuelto a ver ninguna de ellas.
Y de nuevo se repitió la magia. En 1994 llegó la tercera edición de ese encuentro, con más clásicos por descubrir. Otra vez pude disfrutar de un Pegaso Z102, en esta ocasión una versión Spyder Touring Tibidabo. Precioso. También pude ver un magnífico Osca-Maserati, una belleza de competición nada habitual de ver, o una menos habitual Renault Barqueta. Una especie de experimento de los franceses con base y motor modificado de un Renault 4/4 y carrocería de aluminio. No podían faltar modelos menos lujosos y un poco más habituales como los MG TF o Triumph y un buen puñado de piezas históricas.
Ese fantástico triplete está en mis recuerdos desde entonces y para siempre. Por suerte también quedó ligeramente inmortalizado en unas pocas imágenes en papel. Podrían haber inventado la cámara digital ya por entonces, digo yo.
Aquí os dejo el acceso a esas tres fantásticas galerías de fotos, para que las disfrutéis tanto como yo cuando reviso esas fotos en papel.